jueves, 8 de mayo de 2008

Mariposas


En revisando mi discografía para poder entender un poquito más a mi amigo Juan, rescaté a los Mártires del Compás, a juicio suyo, lo mejor del mundo mundial. Hoy olvidados por casi todos y recordados por casi nadie. Fui a rescatar una pieza que recordaba no sé porqué, Metamorfosis. Tremendo reencuentro con el estribillo. Se lo transcribo: Pero antes que mariposa, fue gusano y fue capullo. Y pensé, pues sí. Todos nacemos gusanos, nos volvemos capullos y algunos se convierten en mariposas. Esta última metamorfosis pasa raras veces pero pasa.

Los hombres nacen gusano y se arrastran por el suelo, a paso lento, impreciso, sin objetivo o meta a seguir, metiéndose por agujeros y recovecos que no deberían para luego volver atrás. Son feos, repugnantes y no les quiere nadie, o al menos eso piensan ellos. Indefensos, el resto de mundo se los merienda a la primera de cambio sin pedirles permiso. Muchos de ellos se quedarán toda su vida siendo gusano, ya sea porque no se atreven a cambiar, ya sea porque no les dejan.
Otros aprenden de la vida gusano y deciden poner fin a esa existencia triste y anodina. Se convierten en capullos. Una salida hacia delante. Para tras ni para coger carrerilla. Sus víctimas, los gusanos. Se creen fuertes, inexpugnables, se encierran en su crisálida particular, ese torreón a prueba de la verbigracia de la concurrencia y a veces incluso del puñetazo en la cara y la patada en los huevos. Son altivos, arrogantes, soberbios, mentirosos, ruines, traidores y demás. Todo un regalo al mundo, vamos.
Solo unos pocos deciden abandonar la vida capullo y intentar metamorfosearse en mariposa. Dejar las raíces del capullo, alzar las alas y volar. Su color de la piel cambia, su aspecto también, incluso su cuerpo, antes arrugado y surcado por los hilos de la rabia, odio y envidia, ahora es bello, simétrico incluso se disfraza de colores.
Son pocos y están en vías de extinción, ya sea por esto del cambio climático que sospecho que aún no sabemos bien bien que coño es o por esto de la globalización que sospecho que ya hace muchos años que sabemos bien bien lo que es; sea por lo que sea los estamos expulsando del paraíso. Resulta muy difícil ver al hombre mariposa pero sabemos que existe y esta es nuestra esperanza. Creo yo.

Mi amigo Juan, enseñándome su colección de mariposas atravesadas por alfileres regalo de su abuelo materno aficionado a la lepidoteca, me canturrea una de las últimas canciones de Macaco que le mola: Como el agua calé. Se la recomiendo es un remedio casero para los gusanos.

Y pedimos unas anchoas y unas cañas. Las cañas, para matar la sal, aclara él.

1 comentario:

Lau! dijo...

Olvidados por casi todos, recordados por casi nadie????
Si organizas un concierto, te junto a 600 amigos en 12 horas para ir!
El texto bonito, pero los Mártires siguen en nuestro recuerdo y en nuestros deseos!!